Conecta con la naturaleza, descubre el poder del silencio y transforma tu bienestar físico y espiritual a través del yoga, el masaje y la permacultura.
¿Te puedo ayudar?
Era el masaje de los samuráis y emperatrices de Japón, disponible para ti
Este masaje, conocido por ser el preferido de samuráis y emperatrices, es altamente efectivo para relajar la cabeza, activar el sistema neurológico y eliminar toxinas. Además, estimula el sistema celular facial y craneal, ayudando a recobrar brillo, serenidad y una apariencia rejuvenecida en el rostro.
La técnica se basa en fricciones y golpes suaves, aplicados de manera activa en el cuello, la cara y el cráneo. Es especialmente beneficioso para quienes padecen de parálisis facial, migrañas, dolor cervical o bruxismo. Durante los 40 minutos que dura el tratamiento, se estimulan áreas clave para mejorar el bienestar general, ofreciendo un alivio tanto físico como emocional.
Formada en la International Sunshine Network a través de la maestra Chonzom Emchi
El masaje Thai va abriendo los canales de energía correspondientes a la medicina china desde los pies a la cabeza usando presiones digitales, palmares y estiramientos basados en las asanas de yoga. Liberando la energía bloqueada el cuerpo físico se oxigena, las tensiones se liberan, y los órganos se equilibran.
Es preventivo y efectivo para dolores puntuales. Se realiza con ropa y sin aceite. Al ser un masaje íntegral (de todo el cuerpo) dura dos horas aprox.
Se puede hacer un tratamiento puntual en una zona dolorida por menos tiempo, pero lo ideal es desbloquear el cuerpo para que la energía se equilibre y armonice por si misma.
Formada en Kerala, India, con el maestro Sajee en su escuela de yoga y vedanta Shanti
Las clases que ofrezco van variando en sesiones básicas e intermedias, practicando siempre la visión de la filosofía védica en cada asana o movimiento. El pranayama, la observación, y la meditación están presentes y activas.
Físicamente las sesiones se van encadenando a través del Hatha clásico con Hatha Asthanga, o Hatha Vinyasa. Mi compromiso con estos servicios es el del crecimiento del Ser para Estar y Ser una sociedad cooperativa evolucionando en la adaptación a una vida en gratitud con la naturaleza del planeta, con la naturaleza de humanos,en armonía desde mi micro universo.
El viaje hasta el día de hoy
Nací en Murcia en 1975 y desde mi infancia sentí una profunda conexión con la naturaleza. Crecí rodeada de paisajes naturales que me inspiraron a explorar, trepar árboles y observar el horizonte. A los 18 años, mi curiosidad me llevó a estudiar filosofías orientales y a practicar karate sintoísta Goyu Ryu, donde descubrí el poder del silencio y la energía que conecta a todos los seres.
Mi amor por la naturaleza me llevó a participar en proyectos de voluntariado, donde descubrí la permacultura como una forma de vida sostenible. En 2015, regresé a Murcia y me uní a la comunidad de Kriya Yoga bajo la guía de Kai (David Giri), quien se convirtió en mi amigo y maestro.
Quiero destacar a David Giri no solo como mi amigo, sino también como mi compañero de aventuras, trekking y escalada. Juntos, compartimos la pasión por la naturaleza y tenemos el deseo de crear proyectos que fusionen nuestras experiencias y conocimientos.
Me encanta desplazarme en bicicleta y disfrutar de la libertad que me ofrece. Viajar sobre dos ruedas y acampar en la naturaleza me permite conectar profundamente con el entorno, despertando cada día con el sonido del amanecer y el aire fresco de la montaña. Vivo inspirada por la creatividad y la conexión con la sabiduría del silencio.
Nací en Murcia en 1975 y desde pequeña sentí una conexión profunda con la naturaleza. A los 18 años, comencé a explorar filosofías orientales y practicar karate sintoísta, descubriendo el poder del silencio y la energía universal.
En 2003, viajé por primera vez a la India, donde profundicé en mi conocimiento del Ser a través de diferentes culturas. En 2007, conocí a Sajee, maestro de Hatha Yoga, con quien desarrollé una profunda conexión espiritual.
Mi amor por la naturaleza me llevó a proyectos de permacultura y, en 2015, me uní a la comunidad de Kriya Yoga en Murcia. También me formé en masaje Thai y viajé en bicicleta, fusionando yoga y naturaleza en cada paso.